En ocasiones viene bien saber cocinar un postre para una ocasión especial. Y, si es de chocolate, el éxito está prácticamente asegurado. En Blue Cuisine ya he publicado algunas recetas de tartas para celebraciones como la bavaroise de chocolate o la tarta Tatin; sin embargo, la de hoy es un clásico entre los clásicos: la tarta Sacher. Existen numerosas versiones de la receta: yo me he basado en la que aparece en el blog La receta de la felicidad y en el libro 50 recetas con nombre. Esta tarta está mucho mejor al día siguiente de prepararla.
Hace un año en Blue Cuisine: Rollos de calabaza y canela
Hace dos años en Blue Cuisine: Bienvenidos a mi cocina azul! y Scones con pasas
Ingredientes:
- 200 gr. azúcar
- 150 gr. de harina
- 50 gr. almendras molidas
- 6 huevos
- 150 gr. de chocolate negro de cobertura
- 150 gr. de mantequilla
- 4 cucharadas de mermelada de albaricoque
Para la cobertura de chocolate:
- 150 gr. de chocolate negro de cobertura
- 50 gr. de mantequilla
- 200 ml de nata líquida
Preparación:
Forrar el fondo de un molde de 22 cm. de diámetro con papel de horno. Reservar.
Montar con los 6 huevos con el azúcar hasta que doblen su volumen. Deben tener mucho aire, para que el bizcocho suba, ya que no lleva levadura.
Derretir lentamente el chocolate negro de cobertura con la mantequilla. Apartar de fuego y dejar enfriar unos minutos.
Mezclar cuidadosamente los huevos con el chocolate y añadir la almendra molida y la harina. Obtener una masa homogénea y ligera a la vez; no se debe batir mucho, sólo mezclar hasta que se vea que los ingredientes están integrados.
Verter la masa de bizcocho en el molde que habíamos preparado y hornear unos 45 minutos a 180ºC.
Dejar enfriar el bizcocho en el molde unos minutos y luego pasarlo a una rejilla para que se enfríe del todo.
Mientras tanto, preparamos la cobertura de la tarta, derritiendo en un cazo el chocolate negro de cobertura, la mantequilla y la nata líquida. Si se hace a fuego suave y lentamente, la cobertura tendrá el brillo necesario para la tarta. En este paso hay que tener paciencia.
Cuando el bizcocho esté completamente frío, partirlo por la mitad con un cuchillo de sierra y moviéndolo muy despacio. El bizcocho queda compacto y algo seco de textura. Esparcir uniformemente la mermelada de albaricoque en uno de los lados, moviendo la cuchara del centro a los bordes y tapar con la otra mitad del bizcocho.
En la superficie de trabajo se pone un papel de horno y encima la rejilla con el bizcocho; de esta manera, cuando se vierta la cobertura de chocolate, caerá sobre el papel. Esto tiene dos ventajas directas: por un lado la cocina no se mancha y por el otro, con el chocolate sobrante (que suele sobrar) se pueden hacer después unas magdalenas u otro postre. Verter la cobertura de chocolate por encima del bizcocho de manera generosa, sin descuidar los laterales.
Dejar enfriar toda la tarta a temperatura ambiente. Si se va a consumir al día siguiente, como es aconsejable, hay que meterla en la nevera, y sacarla unas 2 horas antes de consumirla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario